Agradecer lo que tenemos y que damos por sentado.
Agradecer lo simple, lo sencillo, lo cotidiano.
Agradecer aquello que nos cuesta, que implica un sacrificio, que nos forma y nos forja.
Agradecer lo imprevisto, lo que llega así, sin más.
Agradecer lo que te saca de tu centro, lo que hace moverte y salir a dar más.
Agradecer a quienes están aquí, a todos ellos que están aquí.
Agradecer lo que nos impulsa, lo que nos motiva, lo que nos llena de ilusión.
Agradecer lo que nos sostiene, lo que nos hace fuertes, lo que nos mantiene de pie.
Agradecer la luz y el cariño de los que nos aman.
Agradecer el ejemplo de muchos que logran inspirarnos.
Agradecer que podemos, que estamos, que aquí seguimos, que tenemos mucho más que dar.
Agradecer que reímos, que bailamos, que gozamos, que disfrutamos.
Agradecer que aprendemos, que nos caemos y nos levantamos.
Agradecer a Dios, siempre.
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